Las llamadas «ovejas bombero» demuestran en el monte de Santa Catalina de Jaén la eficacia del pastoreo en la prevención de incendios forestales en los montes. Así lo ha destacado hoy el delegado territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Juan Eugenio Ortega, que ha visitado, con el pastor Manuel Torres, la labor que realizan estas «ovejas bombero», un rebaño que pasta en el monte público de Santa Catalina, ayudando a desbrozar y limpiar la zona, disminuyendo por tanto el riesgo de incendios forestales.
El delegado ha recordado que esta actividad se enmarca en los trabajos preventivos de la Red de Áreas de Pasto Cortafuegos de Andalucía (Rapca) de la Junta de Andalucía, un proyecto de pastoreo que permite el mantenimiento de estas zonas sin combustible vegetal mediante una actividad tradicional en el monte. Ha añadido que este año se está actuando sobre unas 1.340 hectáreas, con la implicación de 45 pastores y con un total de unas 30.000 cabezas de ganado. El delegado ha detallado que «este pastoreo en el monte público Santa Catalina es uno de los ejemplos más emblemáticos de la provincia de la eficacia del programa Rapca», y ha recordado que Medio Ambiente instaló un aprisco que ha contribuido a mejorar las condiciones de manejo del ganado y por lo tanto, de optimización de los resultados en este entorno.
Ortega Rodríguez ha insistido en «los excelentes resultados que arroja este programa», y ha hecho un reconocimiento especial «a la importante colaboración de los pastores». El delegado ha insistido en que estos profesionales, ayudados por técnicos de Medio Ambiente, «suman, y mucho, con sus rebaños en la prevención de incendios en los montes». Y ha añadido que, al mismo tiempo, «contribuyen a recuperar una labor tradicional, que produce productos de calidad y genera empleo, que impulsa un desarrollo sostenible».
Ortega ha detallado que esta actividad permite eliminar el combustible vegetal de las zonas de cortafuegos. Así, la acción del ganado, siempre ordenada y controlada por el pastor, mantiene las áreas cortafuegos, provocando así discontinuidades en las masas forestales que impiden la propagación del fuego. A su vez, la presencia de estos rebaños supone una vigilancia de los pastores en el territorio, y desempeña una función clave para la selvicultura preventiva en zonas de difícil acceso. Otras ventajas son: aumenta la biodiversidad, contribuye a la dispersión de las semillas, mejora la estructura del suelo y reduce la erosión y la desertización.