El consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López, ha anunciado que las obras de emergencia que se desarrollan en el kilómetro 14,1 de la Autovía del Olivar, la A-316, donde las fuertes lluvias de marzo provocaron el desprendimiento de un terraplén sobre la calzada, finalizarán en el mes de noviembre, tras una inversión de más 400.000 euros.
López, que ha visitado el final de los trabajos –al 87% de su nivel de ejecución–, ha resaltado que estas obras «han tenido gran complejidad, tanto por la patología de la problemática como por las características del tramo de autovía donde se localizan, con suelo arcilloso», lo que ha obligado a ampliar los trabajos de estabilización del talud, al tener que introducir más pilotes de los previstos inicialmente para garantizar su fijación y evitar así futuras afecciones», una situación que, ha añadido, «supondrá también un aumento de su presupuesto».
Por otra parte, el consejero, que ha estado acompañado por la alcaldesa de Baeza, María Dolores Marín, ha anunciado que coincidiendo con el final de estas obras se iniciarán en noviembre los trabajos del nuevo enlace a Baeza con la A-32, «lo que supondrá una importante mejora de las comunicaciones para el desarrollo turístico y económico de este municipio».
El pasado mes de marzo el temporal de fuertes lluvias provocó inicialmente una pequeña fisura longitudinal paralela al eje de la A-316 en su punto 14,1, lo que generó un pequeño resalto de apenas tres centímetros que un día tras otro aumentaba rápidamente de tamaño hasta que fue necesario cerrar el paso de tráfico por el carril derecho por el riesgo que implicaba para la circulación el desprendimiento del terraplén.
Por ello, las labores han consistido en la ejecución de una pantalla de pilotes anclada, la consolidación de un terraplén, de la calzada y de un drenaje superficial, trabajos que inicial contaban con un plazo de dos meses, si bien el período de obras se ha alargado con la aparición de nuevas patologías, que han obligado a buscar nuevas soluciones.
Entre otras cuestiones, la instalación de la pantalla de pilote casi se ha duplicado pasando de 90 a 160 metros. Igualmente se detectó que la solución inicialmente prevista para estabilizar el terraplén no era la más adecuada, por lo que se ha recurrido a ensayos para determinar una actuación más efectiva mediante las columnas de grava.