Dichas inspecciones y controles aleatorios se llevan a cabo en distintos lugares del núcleo urbano con la finalidad de sensibilizar a la ciudadanía sobre el cumplimiento de dichas exigencias legales a la hora de conducir y aportar el mayor grado de seguridad vial posible en la ciudad.
Asimismo, se vigilará que los conductores estén en posesión del correspondiente permiso de conducir, inspecciones técnicas reglamentarias, tiempos de conducción y descansos y que no se sobrepase la tasa máxima de alcohol permitida, ni consumo de drogas.
Según los argumentos técnicos y estadísticas de la DGT, conducir este tipo de vehículos no es igual que conducir un turismo, el riesgo en la conducción es mayor debido a las dimensiones y carga que transportan y a un menor equipamiento de seguridad activa y pasiva, por lo que este mayor riesgo revierte también en los ocupantes de otros vehículos y peatones que comparten las vías públicas, especialmente en zonas urbanas.