Durante la campaña los agentes verificarán el uso del cinturón de seguridad, velocidad, alcohol y otras drogas, tiempos de conducción y descanso, autorizaciones y documentos tanto del vehículo como del conductor. El uso del cinturón de seguridad en autobuses reduce las lesiones mortales en un 90% en caso de choque frontal o vuelco.
Desde el lunes día 4 y hasta el viernes 8 de febrero, los autocares dedicados al transporte escolar serán objeto de control y vigilancia por parte de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, dentro de las campañas de seguridad vial que anualmente realiza la Dirección General de Tráfico para prevenir accidentes en este tipo de transporte.
Durante los cinco días de duración de la misma, los agentes intensificarán las inspecciones, comprobando que las autorizaciones y documentos que deben tener dichos vehículos sean los correctos para la presación del servicio. Asimismo, los agentes verificarán que las condiciones técnicas y elementos de seguridad del vehículo son los que exige la normativa, así como los requisitos especiales que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso de conducción o los tiempos de conducción y descanso.
La seguridad es la máxima prioridad en este tipo de transporte y las cifras de siniestralidad anuales reflejan que éste es un sector seguro, especialmente, si se toma como criterio de comparación el número de fallecidos por viajero –kilómetro recorrido–.
La velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de vehículos, por lo que se controlará especialmente que se circula a la velocidad permitida y que no se hace uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción. También se incrementarán los controles de alcohol y otras drogas entre los conductores.
Asimismo, el 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo o justo en los instantes inmediatos. En muchos casos se trata de atropellos causados por una distracción del menor, del conductor del transporte escolar o de los padres. Para evitar este tipo de accidente se recomienda a los padres respetar las paradas, ir con tiempo suficiente y no esperar a los niños al otro lado de la calzada.
Debido a la importancia que tiene el cinturón de seguridad en caso de accidente, se prestará especial atención al uso de estos en aquellos autobuses escolares que los lleven instalados. Actualmente más del 60% de este tipo de vehículos ya lo tienen incorporado.
Según diversos estudios el uso de un sistema de seguridad en autobuses reduciría las lesiones mortales en un 90% en caso de choque frontal o vuelco, ya que correctamente abrochado evita la proyección del pasajero (adulto o niño) y reduce los impactos en el pecho, abdomen y piernas.
Desde octubre de 2007 se deniega la matriculación a cualquier autobús que no lleve instalados estos sistemas de retención.
Como es habitual en este tipo de campañas, también se ha invitado a los municipios a sumarse a la misma, de modo que la vigilancia de este tipo de transporte sea tanto en zona urbana como en interurbana.