Coincidiendo con la festividad de San Juan y la proliferación de fiestas por toda la geografía, la Dirección General de Tráfico llevará a cabo una campaña especial en la que incrementará, durante el fin de semana, los controles preventivos de alcohol y drogas entre los conductores, de modo que cualquier conductor puede ser solicitado para realizar dichas pruebas.
El objetivo de esta medida es reducir la accidentalidad ocasionada por aquellos conductores que circulan por las carreteras tras haber consumido alcohol o cualquier otra sustancia psicotrópica.
Los controles se realizarán a cualquier hora del día y en cualquier carretera, especialmente en vías convencionales y en aquellas en las que el índice de siniestralidad es más elevado. También se realizarán pruebas, siempre que sea posible, a los conductores que hayan cometido una infracción y se les notifique en el acto.
La idea es evitar la impunidad incrementando los controles preventivos. Solo, en el trimestre del año la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha incrementado un 28% las pruebas realizadas a conductores en estos controles.
PREOCUPACIÓN POR LA TOLERANCIA
La encuesta de la Fundación Mapfre sobre conducción y drogas en 2016 concluye que la tolerancia al consumir y conducir es muy alta, especialmente en jóvenes. A pesar de considerar las drogas como un factor de riesgo, dos de cada tres conductores jóvenes reconocen haber viajado con un conductor bebido, y uno de cada tres con uno que había consumido porros, en los últimos 6 meses. La droga más consumida en España es el cannabis, sustancia que se percibe como la menos peligrosa para la conducción
Además, el consumo de alcohol ha ido cambiando paulatinamente. Según los expertos se ha pasado de un consumo social a un consumo más compulsivo, como lo demuestra el llamado consumo ‘en atracón’, un comportamiento que ha crecido desde 2005 y que afecta hasta el 35% de los jóvenes entre 20 y 30 años. Este comportamiento implica un incremento de conductas de riesgo y mayor probabilidad en el desarrollo de dependencia alcohólica.
El alcohol multiplica el riesgo de accidente por cinco por encima del límite legal, y por más de 100 cuando se sobrepasa el límite penal (1,2 gramos de alcohol por litro de sangre). Por su parte, las drogas de comercio ilegal multiplican el riesgo entre 2 y 7 veces respecto de los conductores no consumidores.