El 16 de mayo con 5.470 granos por metro cúbico fue el día más elevado en el registro de polen de olivo

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La página web del Hospital Universitario de Jaén finaliza en su emisión de información sobre el polen, que cada primavera elaboran en el servicio de Alergología, para la difusión de datos sobre los niveles de polen en la provincia jiennense.

“Durante la pasada primavera hay que señalar que para los pacientes alérgicos al polen de olivo, el más relevante en nuestra zona, ha sido menos intensa que otros años, pero no por eso menos importante”, ha destacado Blanca Saenz de San Pedro, directora de la Unidad de Alergología. Saenz destaca que, a partir de 400 granos /m3 de polen de olivo, “comienzan a presentar síntomas los pacientes y a partir del 22 de abril ya comenzaron a observarse cifras de polen de olivo significantes, pero clínicamente relevantes el día 1 de mayo, es decir, capaces de desencadenar sintomatología”.

Este año el pico se alcanzó el 16 de mayo (5.470 granos/m3) y el total fue de 51.104 granos/m3, durante todo el tiempo de recogida de datos. “No se han alcanzado niveles excesivamente elevados, como ocurrió en el año 2015 con un pico de 19.840 granos/m3 y que algo menor se mantuvo los años 2016 y 2017”, ha destacado. Este año, como el pasado, los niveles han sido potencialmente reactivos (más de 400 granos/m3) y por tanto, desencadenantes de síntomas polínicos, por lo que “debemos concluir que a

pesar de que los niveles de polen de olivo varían de unos años a otros, dado que estamos en una región con prácticamente monocultivo de olivo, los niveles siempre van a tener cifras capaces de desencadenar síntomas a pacientes alérgicos a este polen, por lo que un tratamiento sintomático y en especial una vacuna específica frente a polen de olivo, va a ser, desde  el punto de vista terapéutico, el más más eficaz para tratar esta patología, sin necesidad de que estos pacientes acaben recurriendo a servicios de urgencias en múltiples ocasiones, posibles ingresos hospitalarios, bajas laborales, o absentismo escolar”, ha indicado.

La evolución de la polinización del polen de gramíneas, con menor importancia en nuestra región, se han comportado más o menos como el polen de olivo, con el pico también el 16 de mayo. Blanca Saenz de San Pedro resalta que “ha sido una primavera más suave que otros años, pero con niveles reactivos capaces de producir síntomas alérgicos, por ello nunca debemos bajar la guardia, abandonar nuestro tratamiento sintomático prescrito por nuestro alergólogo ni abandonar la única herramienta terapéutica que ha demostrado su eficacia que es la inmunoterapia específica (vacuna de alergia)”.

Medidor de polen

Este centro sanitario tiene instalado para ello un captador de pólenes en la novena planta del Hospital Materno Infantil, que mediante el método ‘Hirst’ capta partículas volumétricas por succión según el principio de impacto. Este equipamiento es el empleado por todas las estaciones de muestreo adscritas a la Red Española de Aerobiología (REA), así como por los grupos de trabajo de los diferentes países que forman parte de la European Aeroallergen Network (EAN).

Los profesionales del servicio de Alergología del Hospital de Jaén miden, entre otros pólenes, los de olivo y gramíneas, cuyas concentraciones son las que alcanzan niveles más altos en la provincia jiennense. La finalidad de esta prestación es que los pacientes puedan iniciar medidas físicas, como es evitar su contacto con el polen, y farmacológicas, como son la toma de antihistamínicos o inhaladores, que les reporte un mayor control de su patología alérgica y, por tanto, una mejora de su calidad de vida durante estas fechas.

Este captador de pólenes consta de tres unidades, que son las de impacto, una veleta y una bomba de vacío. La primera tiene un orificio de entrada y un soporte circular o tambor donde que se adhieren las partículas, que está conectado a un reloj y gira a razón de dos milímetros por hora. Tiene también fijada una cinta impregnada de una sustancia adhesiva para que las partículas succionadas desde el exterior se adhieran.

La veleta adosada al exterior protege la unidad de impacto y su función es mantener el orificio de entrada en la dirección de los vientos dominantes, con lo que la eficacia de captación de partículas es mayor. La bomba de vacío permite la succión de un volumen de aire determinado de 10 litros por minuto.

La cinta sobre la que se han adherido los pólenes se coloca sobre el portador para teñir la muestra con fucsina. Después, se realiza la lectura en el microscopio y mediante una fórmula matemática se determina el número medio de granos de polen por metro cúbico de aire.