Andalucía registra el nacimiento de 23 alimoches en 2019

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El anillamiento de los pollos coincide con la reintroducción de nueve ejemplares de quebrantahuesos procedentes de reproducción en cautividad.

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha llevado a cabo el anillamiento de un total de 23 los pollos de alimoche (21) y quebrantahuesos (dos) nacidos en 2019 en Andalucía. Destaca el hecho de que este año se hayan marcado casi todos los pollos, ya que de los nidos controlados en la Comunidad Autónoma únicamente ha quedado uno de alimoche por muestrear debido al elevado riesgo que suponían los trabajos verticales necesarios para acceder a él.

Ésta es la primera vez que se alcanza un porcentaje tan alto de muestreo y, además, en 2019 se ha batido también un récord en el número de ejemplares de quebrantahuesos liberados en el medio natural procedentes de la reproducción en cautividad, que ha ascendido a nueve aves. Desde que se iniciaron los trabajos de marcaje de ambas especies se ha anillado y muestreado un total de 277 alimoches y seis quebrantahuesos, aves a las que se suman 63 quebrantahuesos reintroducidos.

Tanto el alimoche (Neophron percnopterus) como el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) son especies catalogadas ‘En Peligro de Extinción’ en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas, por lo que son objeto del Plan de Recuperación y Conservación de aves necrófagas. Las actuaciones para la conservación del alimoche se iniciaron en 2004 y, desde entonces, cada temporada se procede a realizar la campaña de anillamiento de pollos en nidos coincidiendo con el final del proceso reproductor.

En el año 2015 esta actuación se amplió también al quebrantahuesos, sobre el que se está desarrollando un Proyecto de Reintroducción de la especie en Andalucía, y que desde ese mismo año cuenta con parejas reproductoras en el medio natural.

La ubicación de los nidos, situados en grandes cortados rocosos, implica que estas  delicadas actuaciones deba realizarlas en altura mediante técnicas de escalada. Por esta razón, los encargados de esta labor son expertos en trabajos verticales de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya), que conforman un equipo adscrito al Área de Gestión de la Biodiversidad y Geodiversidad del Gobierno andaluz.

El marcaje de los ejemplares nacidos cada temporada ofrece gran cantidad de información sobre aspectos fundamentales para la conservación de las especies, como las tasas de supervivencia, las causas de mortalidad, la dispersión juvenil o su futura incorporación como reproductores. Además de anillarlos, los trabajos de marcaje incluyen la extracción de una muestra de sangre para sexaje y, en el caso del quebrantahuesos, se realiza también un chequeo sanitario completo que incluye la toma de muestras y su envío posterior al Centro de Análisis y Diagnóstico (CAD) para la determinación de tóxicos, metales pesados y agentes veterinarios. Asimismo, se equipa a los buitres con transmisores gps para poder monitorizar sus movimientos durante los primeros años de vida.

Paralelamente a estos trabajos y en el marco del Proyecto de Reintroducción del Quebrantahuesos en Andalucía, cada año desde 2006 se sueltan nuevos ejemplares en los Parques Naturales de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén) y Sierra de Castril (Granada). El sistema empleado para la liberación de los quebrantahuesos es la llamada ‘cría campestre’ o ‘hacking’, a partir de pollos procedentes de la cría en cautividad del Programa Europeo de Especies Amenazadas. El ‘hacking’ es una técnica originalmente utilizada en cetrería que aprovecha el instinto filopátrico de la especie (tendencia a permanecer en el mismo territorio en que nacieron o a volver al mismo para reproducirse o nidificar) para conseguir que el ejemplar liberado asimile el área de la suelta como su lugar de nacimiento y, por tanto, regrese a ella. Los ejemplares se reintroducen en cuevas de cortados rocosos en el medio natural, donde se alimentan hasta que realizan sus primeros vuelos y se independizan.

Destaca especialmente también la labor que realizan los componentes del equipo de la Estrategia Andaluza Contra el Veneno, de gran relevancia para la existencia de ejemplares de ambas especies en Andalucía en la actualidad.