La concejala de Agricultura, Medio Ambiente y Sostenibilidad, María del Carmen Angulo, ha explicado que el olmo talado en la calle Martínez Molina había sufrido importantes daños en diciembre, cuando con el paso de la borrasca Elsa, se vino abajo una de las ramas. Inmediatamente, el personal técnico municipal y de la concesionaria de parques y jardines, FCC, acudieron al lugar y comprobaron que el ejemplar estaba seriamente dañado, podrido, lo que aconsejó el corte del tronco para, de esta forma, evitar que se tronchara y se desprendiera sobre la vía pública. De esta forma, la responsable municipal quiere dejar claro que no tienen sentido alguno las críticas de ecologistas sobre esta decisión que, sobre todo, buscaba salvaguardar la integridad de vecinos y viandantes. De hecho, como ha apuntado, fueron los propios residentes los que alertaron al Ayuntamiento del peligro de que el árbol cayera.
Según consta en el informe: “Se trata de un olmo adulto que presentaba un mermado estado vegetativo, grandes pudriciones en la zona de la cruz del tronco y en la base de las ramas principales, con alto riesgo de caída”. En esta línea, en el documento técnico se hace constar: “Tras la fuerte tormenta que tuvo lugar en Jaén los días 19 y 20 de diciembre de 2019, se produjo la caída de una rama principal de grandes dimensiones, que afortunadamente no provocó daños personales. A continuación, se llevó a cabo un estudio exhaustivo e individualizado de dicho árbol por parte de la Concejalía de Medio Ambiente, observando grandes cavidades interiores, exhudado de líquidos en heridas, tronco dañado en su base y grandes pudriciones de la madera, en general causada por degradaciones de bacterias, hongos e insectos, que habían provocado un gran debilitamiento en él, haciéndolo susceptible de la caída del resto de las ramas que quedaban, por lo que se decidió que debía ser eliminado de forma urgente”.
“El Ayuntamiento de Jaén defiende el árbol ornamental como elemento patrimonial de alto valor social, cultural y paisajista, al que hay que cuidar y valorar. Sin embargo considera que la gestión del arbolado debe de partir de unas valoraciones técnicas y una toma de decisiones adecuadas. Nos hemos acostumbrado a tener a nuestro alrededor árboles enfermos, mutilados, que a pesar de sus enfermedades o pudriciones no han muerto. Árboles antiestéticos, altamente debilitados y muy afectados estructuralmente, que presenten un peligro potencial en el entorno en el que se encuentran, que son las calles de la ciudad por la que concurren numerosos viandantes. Es por este motivo, por el que se hace necesario que se prime la seguridad del ciudadano”, se deja claro en el documento que sirve de base a la decisión tomada por la Concejalía de Medio Ambiente.
Nuevos árboles. La concejala, María del Carmen Angulo, en cualquier caso, ha dejado claro el compromiso municipal por hacer de la capital una ciudad más respetuosa con el entorno y mejorar su masa forestal ya que, de hecho, ha anunciado que en los planes de la Administración local está la plantación de 1.500 árboles