El sábado se celebró el Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular para concienciar a la sociedad de la importancia de hábitos saludables, dieta equilibrada y ejercicio físico como medidas preventivas ante los factores de riesgo ambientales.
Investigadores del Departamento de Biología Experimental de la Universidad de Jaén (UJA) identifican la expresión de los ácidos ribonucleicos (ARN) no codificantes de cadena larga en el desarrollo cardiovascular. En su investigación, han descubierto que “este tipo de moléculas tiene una expresión diferencial en las distintas regiones del corazón, por lo que los ARN van a tener diferentes funciones y van a estar desregulados de forma distinta en cada contexto en la cardiogénesis”, explica Diego Franco, director del Departamento de Biología Experimental de la UJA.
El ADN contiene la información genética y eso se traduce en ARN mensajeros que producen proteínas. “El problema ha surgido cuando en el avance de la secuenciación del genoma humano se ha descubierto que los genes que codifican para proteínas suponen solamente el 2% del genoma. Tenemos un 98% restante que no sabemos para qué funciona. Con la llegada de nuevas tecnologías, que ha disminuido enormemente los costes de la secuenciación, se ha empezado a ver que gran parte del genoma se transcribe en ARN. El 80% de ARN que se transcribe no produce proteína y eso cambia el modelo seguido hasta la fecha”, expresa Diego Franco. “Las proteínas siguen siendo muy importantes, pero ahora existe un 80% de elementos que no sabemos qué están haciendo. En ese sentido hay dos grandes grupos de ARN no codificantes: pequeños o micro ARN y no codificantes de cadena larga, que tienen igual estructura que los que producen proteínas, pero no las producen”, señala el investigador.
La trayectoria investigadora de su grupo les llevó hace algunos años a investigar en los micros ARN como un tema emergente. Tras conseguir que su labor sea reconocida a nivel europeo en esta disciplina, “ahora surge esta nueva temática como línea de investigación a explorar porque sabemos cómo se expresan en el desarrollo cardiovascular pero todavía no conocemos cómo funcionan y qué hacen en ese proceso. Es un nuevo campo a explorar que los científicos aún no entendemos y que posiblemente signifique entre el 70 y el 80% del mecanismo de funcionamiento humano”, analiza Diego Franco.
Este trabajo les ha permitido investigar sobre la expresión de los ARN no codificantes de cadena larga en el desarrollo del corazón para analizar cómo se regulan, ver sus diferencias de expresión y empezar a sentar las bases de qué funciones cumplen en el desarrollo cardiovascular a nivel general. Así mismo, han trasladado su posible influencia en las patologías cardiacas arritmogénicas. “Para entender la dinámica de las patologías no solo hay que tener en cuenta a las proteínas, sino también los ARN no codificantes de cadena larga que van a modular lo que ocurre con las células. Por su faceta de biomarcadores, nos pueden aportar información sobre cómo de agresiva es una patología o sobre qué estadio de desarrollo se encuentra. Su papel en el ámbito terapéutico todavía está por venir y ese es por tanto otro de los retos a seguir para dar continuidad a esta investigación en el futuro”, indica Diego Franco.
Esta investigación, en la que además de Diego Franco han participado los miembros del grupo de investigación ’Miogénesis cardíaca y esquelética: regeneración muscular’ de la UJA Jorge Domínguez, Amelia Aránega y Carlos García Padilla, ha sido publicada en la revista de impacto BBA – Gene Regulatory Mechanisms y ha sido financiada con fondos procedentes de la Junta de Andalucía.
Hábitos saludables para prevenir el riesgo cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares representan en la actualidad la primera causa de mortalidad a nivel mundial. En ese sentido, Diego Franco considera muy importante la conmemoración del Día Internacional de la Prevención del Riesgo Cardiovascular (14 de marzo) por su doble vertiente: “por un lado, para llamar la atención y concienciar a la sociedad en torno a su problemática y, por otro, para hacer llegar a las instituciones de la necesidad de invertir en la parte clínica y en la parte de investigación básica con el objetivo de conocer los mecanismos y solucionar los problemas derivados de estas enfermedades”.
Así mismo, el investigador de la UJA cree que hay que tener en cuenta los factores de riesgo que inciden en su prevalencia. “Este tipo de problemáticas se producen por factores de riesgo genéticos o hereditarios, ante los que es más difícil intervenir porque forman parte de las características individuales de las personas, factores ambientales o una combinación de ambos”.
En ese sentido, Diego Franco explica que “los riesgos cardiovasculares relacionados con factores ambientales como la obesidad, la hipertensión arterial, el riesgo metabólico, el colesterol o la arterioesclerosis están en una gran proporción vinculados directamente con la alimentación y los hábitos de consumo”. “Por ello, este tipo de factores pueden ser más controlables si respetamos una dieta equilibrada, llevamos a cabo unos hábitos saludables y practicamos ejercicio físico regularmente”, aconseja.