El Ayuntamiento de Jaén acomete a buen ritmo los tratamientos a través de endoterapia contra la galeruca del olmo. Las labores, coordinadas entre la Concejalía de Medio Ambiente y FCC permiten combatir de forma más directa y sostenible este coleóptero perteneciente a la familia ‘Chrysomelidae’ que se alimenta tanto en estado larvario como adulto de hojas de olmo y que constituye una de las principales plagas defoliadoras de la masa arbórea en la ciudad.
El tratamiento consiste en una inyección directamente aplicada al árbol con la que se consigue que el insecto se alimente directamente de la solución que se aplica al intentar atacar a la planta. Esta máquina no solo es efectiva contra la galeruca del olmo, sino también permite aplicar la técnica de la endoterapia a otras especies como de árboles, como la psila de los cercis, la procesionaria del pino o el pulgón en las robinias e incluso se pueden hacer tratamientos nutricionales para corregir carencias de los árboles. Y todo sin recurrir a tratamientos químicos que pueden ser menos respetuosos con el medio ambiente. El incremento paulatino de las temperaturas, que alarga cada vez más las estaciones cálidas, favorece que las plagas que afectan a nuestros árboles dispongan de un periodo más amplio de multiplicación, lo que en consecuencia aumenta su número de generaciones y su incidencia sobre el arbolado. El caso más significativo lo representa la galeruca del olmo, que en Jaén se ha comprobado que afecta de una forma más agresiva a los ejemplares de mayor porte. En años anteriores, el Ayuntamiento ha tratado la galeruca de los olmos mediante su fumigación periódica.
La galeruca en un desfoliador del olmo bastante considerable, ya que la devora y le confiriere un aspecto de árbol como “quemado”. En caso de ataques severos, el árbol ve mermada su capacidad de fotosíntesis y puede alcanzar un serio deterioro. Los adultos normalmente hibernan en las grietas de la corteza del tronco, entre hojarasca seca del suelo o en refugios alcanzados en obras o edificios. En primavera se elevan hacia la copa recién brotada, se alimentan de sus hojas y realizan la puesta. Tras su eclosión las primeras larvas están varias semanas alimentándose de hojas hasta alcanzar su estado de madurez. En este momento descienden por el tronco para realizar la pupa. Pasados unos diez días, emerge el adulto que volando alcanza de nuevo la copa y comienza así el ciclo de la segunda generación. En Jaén se pueden alcanzar hasta cuatro generaciones, desde el inicio de primavera hasta finales de septiembre.