La investigadora extremeña Raquel Tovar obtiene los 3.500 euros con que está dotado este certamen que convoca desde 1971 el Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación.
El Premio Cronista Alfredo Cazabán que convoca el Instituto de Estudios Giennenes (IEG) de la Diputación ya tiene obra ganadora. En esta edición de 2020, a la que se han presentado cinco trabajos de investigación, el jurado encargado de otorgar este galardón se lo ha concedido al estudio titulado “El ejercicio de la patria potestad y la mujer cabeza de familia: la administración femenina del hogar y de los bienes en Jaén y Córdoba a finales del Antiguo Régimen”, que ha presentado la investigadora extremeña Raquel Tovar Pulido.
La vicepresidenta primera de la Diputación y responsable del IEG, Francisca Medina, recuerda que “este galardón, como el resto de premios que convoca el instituto, tiene como principal objetivo el fomento de la investigación histórica, artística y literaria de la provincia de Jaén”, un fin que en el caso de este premio se persigue desde 1971, fecha en la que se convocó su primera edición. Desde entonces, como subraya Medina, “se ha consolidado y ha adquirido un alto prestigio”, como se desprende de “la colección de libros surgidos de este certamen, que constituye en sí misma una valiosísima biblioteca que se puede consultar en las dependencias del instituto”.
La investigación que este año se suma a esta extensa colección de libros ganadores del Premio Cronista Cazabán es obra de Raquel Tovar, que en la actualidad es profesora ayudante en el área de Historia del Derecho y de las Instituciones de la Universidad de Extremadura y doctora en Patrimonio con calificación de sobresaliente cum laude con mención internacional por las universidades de Extremadura, Córdoba, Huelva y Jaén. El estudio con el que ha obtenido los 3.500 euros con que está dotado este galardón “habla del papel de las mujeres en ese momento de la historia, que se puede hilar con la situación actual”, según explica Francisca Medina. En esta línea, aclara que “entonces el ejercicio de la patria potestad regulaba el marco de poder de la institución familiar, pues dotaba a la persona que lo detentaba de la máxima autoridad, lo cual implicaba el sometimiento de aquellos familiares que se encontraban bajo la responsabilidad del pater familias”.
En esta investigación, como apunta su sinopsis, se refleja que “era en ese espacio doméstico comprendido en la casa familiar donde se desarrollaba la patria potestad por parte del cabeza de familia, que generalmente solía ser atribuido al hombre, por tanto, el padre y esposo. Tradicionalmente, a lo largo de la historia, las funciones entre hombre y mujer se han visto diferenciadas en el ámbito público y privado. En este orden de cosas, la actividad económica era ejercida por el padre (la patria potestad), pues este se encargaba de la administración del patrimonio familiar, así como también de las relaciones económicas y sociales en la esfera externa al hogar; por su parte, las funciones de la madre o esposa se veían limitadas a las de las labores domésticas de puertas adentro”.
Por ello, como concluye la vicepresidenta primera de la Diputación, “este estudio arroja luz sobre la situación de las mujeres en ese momento y las diferencias entre sexos en el ámbito público y privado, que hoy en día persiste en parte”, de ahí el interés de un trabajo por el que Francisca Medina ha “felicitado” a la ganadora igual que a los autores de los otros cuatro trabajos presentados a concurso, “todos de excelente calidad y que contribuyen a seguir poniendo en valor este premio que organiza el IEG”.