Pregón de San Antón del Deán Francisco J. Martínez que evoca la tradición, la historia y el recuerdo de infancia y juventud ligado a las lumbres

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El Teatro Darymelia acoge el Pregón de San Antón organizado como homenaje del Ayuntamiento a la esencia de la tradición de una fiesta que está ligada a Jaén desde hace más de 800 años. El alcalde, Julio Millán, destaca que este acto que refuerza la “visibilidad” de esta tradición y protagonizado por las palabras, del deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, brinda una oportunidad de “revivir recuerdos de infancia o de juventud ligados a la lumbre, las rosetas y los melenchones”.

“Por eso las lumbres, este año sin carrera, van también ligadas citas como el concurso de la tapa de San Antón o conciertos y visitas guiadas para adentrarse en los orígenes de una fiesta que, como digo, es una muestra más de nuestra identidad como jiennenses. Conocerla es la mejor forma de quererla más y hacerla mucho más popular fuera de nuestra provincia”. “Dos hitos importantes hemos querido potenciar en este mandato: la celebración de la lumbre oficial del Ayuntamiento, en el barrio de San Juan, emblema de esta fiesta, y el pregón, en ese afán por divulgar un patrimonio inmaterial de todos”, ha asegurado Millán que ha prestigiado la figura del orador encargado de anunciar la fiesta, el deán de la Catedral y vicario general de la Diócesis, Francisco Juan Martínez Rojas.

El alcalde de Jaén, Julio Millán, ha presidido el acto en el que se ha pronunciado el Pregón de la Fiesta de San Antón, a cargo del vicario general y deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas. Este pórtico de la celebración, tan unida a Jaén y a su “hasta San Antón, Pascuas son”, ha tenido por escenario el Teatro Darymelia, que ha contado con la presencia de representantes del equipo de Gobierno y del resto de la Corporación Municipal. Millán ha sido el encargado de dar la bienvenida, con unas palabras en la que ha destacado: “Vernos aquí es el mejor homenaje que podemos hacer en la relativa vuelta a la normalidad también en nuestras tradiciones, disfrutadas con responsabilidad, claro está”.

“Todos tenemos algunos recuerdos de infancia o de juventud ligados a la lumbre, las rosetas y la bota de vino y estoy convencido que saldremos de este teatro con la ilusión de haberlos revivido”, se ha mostrado seguro el alcalde que, en este contexto, ha puesto en valor el hecho de que, por fin, tras dos años en blanco, regresa una “noche auténtica” de la capital, como es la de las Lumbres de San Antón, que, como ha recordado, “apenas hemos podido disfrutar con normalidad tras su declaración en 2019 como Fiesta de Interés Turístico Nacional, porque la pandemia impuso su ley”. Una costumbre jiennense que ilumina y caldea un ambiente único con la danza, la música de los melenchones y fuegos con los que, ha dicho, “decimos adiós a lo malo y nos mostramos receptivos a lo bueno”. Un sello autóctono que, como ha precisado satisfecho, cuenta con una entidad propia en la programación local gracias a la Concejalía de Cultura, Turismo y Fiestas del Ayuntamiento de Jaén. Una apuesta por reforzar la visibilidad de una fiesta que, como ha hecho hincapié el máximo responsable municipal, “tiene más de 800 años de pervivencia”.

Pregón pleno de referencias personales e históricas. El deán de la Catedral y vicario general de la Diócesis, Francisco Juan Martínez Rojas, ha apostado por anunciar la fiesta jiennense de una forma distendida, didáctica, a la par que entretenida, con un pregón que ha llenado de referencias personales, trufadas con referencias históricas y curiosidad, y en la que no ha olvidado de vincular la celebración del fuego purificador con la actual situación sociosanitaria. Ha sido divertido en ocasiones, como cuándo ha recordado una copla que le recuerda a cómo se celebra San Antón en su pueblo natal, Vilches, entre ellas la de “Morena Salá”, con estrofas como “Toda la noche estoy, niña pensando en ti, yo me muero de amores, de amores por ti, morena salá, de amores por ti” de la que ha recordado que cuenta con versos más picarones cuya reproducción ha omitido en un acto como este, bromeando con ello y levantando los aplausos del público. Martínez Rojas, que ha invitado a disfrutar de esta costumbre de forma responsable, ha lanzado un mensaje de optimismo, cuando ha dicho: “Que las lumbres de San Antón, que en otro tiempo simbolizaron la curación que el Santo Monje otorgaba a la enfermedad del fuego sagrado, simbolicen este año nuestro esfuerzo por combatir el maldito virus que tantas vidas se está cobrando, y que tan radicalmente ha afectado a nuestras vidas. Que nuestro fuego sea el de la prudencia, la inteligencia y la prevención, el del cumplimiento de las indicaciones sanitarias y el de la responsabilidad personal y colectiva para abrir fosos de prevención solidaria que pongan coto al avance de la Covid”.

El deán también ha aprovechado para animar a bailar melenchones, en una danza que, como ha pedido, “sea un sentido y rendido homenaje a los más de mil giennenses que nos ha arrebatado la pandemia. Seguro que todos tenemos ahora mismo en la retina de nuestra alma rostros conocidos, incluso, como yo, familiares y muy cercanos”., ha dicho en alusión a su padre, fallecido a causa d la Covid. “Bailemos agradecidos alrededor de la hoguera como reconocimiento cordial a tantos profesionales de la sanidad, que se han dejado literalmente sus vidas para salvar las de otros, en un trabajo titánico y extenuante en el que la profesionalidad se entrelazaba magistralmente con una clara vocación de servicio a los demás, que a algunos les ha costado su misma existencia, en lo que podríamos llamar una especie de libérrimo martirio profesional”, ha reflexionado. Francisco Juan Martínez Deán que ha recordado uno de las señas de San Antón: “El respeto hacia los animales, su consideración como parte de la creación, son aspectos de una espiritualidad cósmica, que tiene su origen en el jardín primigenio del Edén, y a él tiende a volver. La comunión perfecta entre el hombre y la creación, entre ser humano y animales es una nota esencial de la santidad”. Martínez Rojas también ha recordado citas que evidencian que, a lo largo de la historia, estos valores antonianos, están cerca de los jiennenses, como cuando en la Crónica del Condestable Iranzo,  a mediados del siglo XV, se narraba que el santo contaba con capilla propia en la seo gótica que levantó don Nicolás de Biedma, tras la razia de 1368. “Todavía podemos contemplar en la capilla mayor de la catedral, la capilla del Santo Rostro, la magnífica estatua de San Antón que esculpió Sebastián de Solís, a principios del siglo XVII”, ha precisado. Un ejemplo más de la devoción jiennense por la que ha definido como una “fascinante personalidad que da nombre y sentido a esta fiesta”, por hechos como ser el primero que, en palabras del deán, “aprovecha el desierto como contexto para materializar uno de los sueños que se convirtió en patrimonio del imaginario monacal: la perfecta comunión con los animales.