Visita a los trabajos de delimitación de la fosa 702 que la UJA desarrolla en el cementerio de San Eufrasio

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FOSA 702

El alcalde, Julio Millán, junto con el concejal de Mantenimiento Urbano y Cementerios, Javier Padorno, ha visitado los trabajos de delimitación de la Fosa 702 que la Universidad de Jaén (UJA) desarrolla en el cementerio de San Eufrasio y que según el trabajo de investigación y la documentación histórica recabada supone la mayor fosa de la represión franquista en la provincia con más de un millar de víctimas aún sin identificar.

Tras recordar el acuerdo suscrito entre el Ayuntamiento de Jaén y el Obispado por el que este último cedía a la Administración local el camposanto de San Eufrasio  -declarado Bien de Interés Cultural y de Memoria Histórica- para permitir acometer un Plan Director para su recuperación y puesta en valor, Julio Millán ha destacado que el Ayuntamiento colabora con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, la Universidad de Jaén, además de con la Junta de Andalucía y el Gobierno de España “en estos trabajos que permitan investigar y conocer nuestro pasado y cuáles han sido las actuaciones de fechas más o menos recientes, que explique el proceso que se desarrolló hasta la llegada de los restos aquí”. El alcalde ha hecho referencia a aquellos hechos producidos de forma violenta y en la necesidad de atender las demandas de la asociación y las familias de las víctimas que demandan una sepultura digna para sus familiares, tal y como se está haciendo en otros puntos de España.

“Seguiremos colaborando con instituciones y administraciones, con los recursos aportados por el Gobierno de España y la Junta que permitan, tras estos primeros trabajos, diseñar y proyectar un entorno que recoja esta memoria de forma transitable y habitable”, ha resaltado. Para el acalde, con ello también se pondrá en valor este sitio declarado BIC. “El cementerio de San Eufrasio es historia viva de Jaén donde descansan personajes ilustres de Jaén y las personas que se encuentran en la fosa también forman parte de la historia de esta ciudad”, ha subrayado. Por ello, ha dicho que se trabajará para que esté en las mejores condiciones posibles, como ocurre en otros cementerios que llegan a ser visitado como un recurso turístico más.

El historiador y catedrático de la UJA, Salvador Cruz Artacho, ha indicado que se continúan con las labores de documentación e investigación para identificar lo más detalladamente posible a las víctimas contenidas en la fosa y también para el trabajo de prospección y excavación arqueológica que dirige el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, con el objetivo de localizar y delimitar la fosa. “Pese a la dispersión de fuentes o el estado en el que se encuentran algunos expedientes estamos intentando identificar a las más de 1.000 víctimas que hay en esta fosa a través del manejo de expedientes, recogiendo datos personales y también toda la información de tipo familiar que nos pueda ser útil en el proceso de identificación”, ha añadido.

Los trabajos desarrollados por la UJA hasta el momento parecen indicar que no hay una única fosa, sino que son más en distintas fases, sobre las que hay que determinar su naturaleza y conocer su relación con el proceso de represión. En base a la documentación está claro que se encuentran en el epicentro de la fosa 702 que ahora se quiere delimitar y al mismo tiempo montar una infraestructura que permita la excavación y generar un espacio adecuado que permita seguir, en una segunda fase, con el minucioso protocolo de exhumación de los cuerpos y que finalmente lleven a la confirmación de las identidades de estas personas.