NAVIDAD
Este 25 de diciembre, solemnidad de la Natividad de Nuestro Señor, han sido muchos los jiennenses que han acudido al primer Templo de la Diócesis para participar, junto al Obispo, en la Eucaristía en el que se conmemora el nacimiento del Hijo de Dios.
Una celebración en la que los canónigos y formadores del Seminario, Juan Francisco Ortiz y Raúl Contreras, acompañados de los eméritos, Juan García Carrillo y Juan Viedma, han concelebrado junto a Monseñor Chico Martínez. También, han acolitado dos seminaristas y los propios acólitos de la Catedral. En una Misa participada en las lecturas por miembros de la Cofradía de la Buena Muerte y la Escolanía Catedral, bajo la dirección de Cristina García de la Torre y Alberto de las Heras al órgano. Los niños y niñas han puesto la nota musical a la Eucaristía.
El Prelado, junto con el gesto de incensar la mesa de altar y el crucifijo, ha hecho lo propio con la preciosa imagen del Niño Jesús, que descansaba a los pies del presbiterio para, al concluir la celebración, ser adorada por los fieles congregados, igual que hicieran los pastores en la primera Nochebuena.
Homilía
Don Sebastián ha dado comienzo su predicación felicitando la Navidad a los presentes, para después, explicar el motivo de gozo que los congregaba: “Hoy celebramos con gozo el nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo, la Palabra hecha carne que ha venido a habitar entre nosotros. Que esta celebración llene nuestros corazones de esperanza, amor y nos renueve espiritualmente, fortaleciendo nuestra fe”.
En este sentido, ha subrayado lo original de este año, ya que, en Roma, ayer, durante la Nochebuena, el Papa Francisco abría las puertas de San Pedro y con ese gesto inauguraba la conmemoración jubilar de la encarnación de Dios. “En la solemne celebración de Nochebuena, el Papa Francisco inauguró el Año Jubilar 2025 abriendo la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Este gesto simbólico marca el comienzo de un tiempo especial de gracia, perdón y reconciliación para toda la Iglesia. El Jubileo, bajo el lema «Peregrinos de Esperanza», nos invita a emprender un camino de renovación espiritual y a profundizar en nuestra fe, recordándonos que somos llamados a ser portadores de esperanza en el mundo.
El Pastor del Santo Reino no ha desaprovechado su interpelación para recordar que el bullicio exterior de estos días no puede apartarnos, como cristianos, del misterio salvífico que ahora celebramos: “Es cierto que la Navidad es una fiesta universal que todos celebran, aunque de maneras distintas: está la Navidad del ambiente, con luces, escaparates y un espíritu comercial marcado por la publicidad; está la Navidad de la diversión, de los regalos, las cenas, los viajes y las fiestas, donde el espíritu religioso puede quedar en segundo plano; y está la Navidad más humana, la de los encuentros familiares, las visitas a los amigos y el descanso compartido. Como cristianos, tenemos el privilegio de vivir la Navidad en su autenticidad. No es solo un recuerdo del pasado, sino un acontecimiento real: un día concreto, en un lugar preciso, el Hijo de Dios nació de María Virgen. Cada año recordamos con fe este misterio y lo hacemos presente en nuestra celebración”.
Para concluir sus palabras, Don Sebastián ha querido comparar el pequeño portal con el altar, como sacramento que se actualiza: “Nuestra iglesia, hoy, es como Belén: aquí, en este altar, se hace real el nacimiento del Salvador. Este acontecimiento no está solo en el pasado, sino que se actualiza en cada celebración eucarística, donde Jesús se hace presente para nuestra fe y nuestro amor”.
Las ofrendas han sido llevadas hasta el altar por tres niños, que han presentado al Obispo, junto con unas flores, el pan y el vino.
Después de la Comunión, el Obispo ha impartido la bendición apostólica con indulgencia plenaria, para aquellas personas, que, habiéndose arrepentido de sus pecados en el sacramento del perdón, hayan recibido la comunión y recen por las intenciones del Santo Padre. Antes de ofrecer al Niño Dios para ser venerado, Don Sebastián ha animado a todos los presentes a participar de la apertura diocesana del Jubileo, que tendrá lugar el próximo 29 de diciembre a las 17 horas en la Catedral, para después, procesionar hasta la Catedral donde se celebrará la Eucaristía.
Mientras la Escolanía interpretaba villancicos populares, el Obispo ha ofrecido a los fieles al Niño Jesús para ser adorado.